Tres títulos coherentes con sus propuestas, y muy distintos entre sí, coincidieron en la jornada del miércoles. Tres citas sólidas en ese punto crucial, cuando el final ya se vislumbra, y donde un festival decide su suerte. Ya tenemos datos suficientes para calibrar la altura de su nivel. La sección oficial de la 68 edición del SSIFF, ese escaparate donde se toma el pulso al verdadero estado de salud de cualquier festival que se precie, puede defender que, en plena pandemia, con deprimentes medidas de seguridad, en un año en el que muchos proyectos no han podido salir adelante, ha dado lo mejor de sí misma.