La carta de presentación de Carlos Marques-Marcet (Barcelona, 1983) incluye «10.000
KM» (2014), «Tierra firme» (2017) y «Los días que vendrán» (2019). Significativamente
esos tres largometrajes que preceden a «Polvo serán», buceaban, de uno u otro modo, en el mundo de la natalidad, en la pareja, el amor, la introspección y el sexo.
Reina de la interpretación en Francia y convertida en musa para muchos cineastas extranjeros: de Wes Anderson a Michael Haneke, de Hong Sang-soo a Paul Verhoeven; Isabelle Huppert, la actriz cómplice de Claude Chabrol con quien filmó sus películas más luminosamente oscuras, les devuelve su confianza a todos ellos con silencios que claman.
Cuando el Trueba inventor de la denominada «comedia madrileña» iba de éxito en éxito, solía declarar que hacía comedias porque le imponía mucho respeto ponerse serio para hablar del amor. Aquel Trueba treintañero era prudente.
Ernst De Geer se suma con «Hipnosis», su debut como director de largometrajes, a ese plantel notable de realizadores escandinavos contemporáneos. Proceden todos ellos, de un territorio de extrañamiento y hondura, de alta civilización y de oscuros subterráneos de crueldad extrema.
Hay piezas cuya ambición, destreza e interés se revelan incluso antes de que aparezcan los títulos de crédito iniciales. Para cuando se nos informa sobre sus principales constructores: director, actores, guionista… ya sabemos que nos aguarda buen paño; catamos, en menos de un minuto, que lo que vendrá a continuación valdrá la pena, porque quienes han construido este texto fílmico se lo curran.
Aunque desconociéramos todo sobre Monia Chokri, aunque fuera ésta la primera vez que hubiéramos leído su nombre en una película, la visión de «Simple como Sylvain» dejaría claro que esta directora (y actriz) algo sabe y mucho debe al hacer de gentes como Denys Arcand y Xavier Dolan.
El Nuevo Cine Alemán (Neuer Deutscher Film), surgido en los años 60, fulgurante en los 70 y posteriormente dispers(ad)o a partir de los 80, fue mayoritariamente cosa de hombres.
Un recorrido ligero por el universo de Marija Kavtaradze (Unión Soviética, 1991) arroja algunas luces necesarias para poder ubicar por dónde transita esta joven directora lituana.
Por ubicarlo de algún modo (no olviden que Aki Kaurismäki es un verso libre sin posible comparación), podemos decir que el director de «Fallen Leaves» admira a Yasujirō Ozu y que, a su vez, ha sido comparado con Jim Jarmusch.
Un mes y un día antes de que Franco diera rienda suelta a su naturaleza de depredador sanguinario con el «alzamiento nacional», nació Ken Loach. Aunque en su filmografía la guerra civil española ya había estado presente, fue cincuenta y nueve años después cuando Loach filmó «Tierra y libertad», su visión de una contienda, más bien una masacre, que él reconstruyó de manera espartana.