Se dice que Quentin Tarantino, referido como si su criterio fuera la voz del juez supremo, afirmó que “Big Bad Wolves”, el filme israelí en el que se basa el remake de Gustavo Hernández, fue “la mejor película del año”. Como siempre, el autor de “Kill Bill” exageraba, pero como siempre, con buen olfato.

n lengua persa, la mantícora, esa criatura fantástica, cara de hombre, cuerpo de león, cola de escorpión, se denomina “merthykhuwar” o “martiora” y significa literalmente: «devorador de hombres». En los años 70, Emerson, Lake and Palmer, referencia sustancial del rock progresivo que fundía la música clásica con los nuevos instrumentos electrónicos, denominaron con su nombre el sello discográfico en el que editaron su obra más conceptual: “Tarkus”.

El nombre de «Venus», en este filme de Jaume Balagueró , designa a un edificio de viviendas que se levanta como un monumento desolado en medio de una urbanización de arrabal y abandono. Su protagonista, Lucía, «la que trae la luz», es hermana de Rocío, «la que tiene gracia», la de la humedad del amanecer.

Golpes Bajos, el grupo donde Germán Coppini deconstruía la rabia física del punk con la locura química de la movida, supo proyectar algunos de los más inquietantes y emblemáticos textos líricos de los 80. Coppini cantó y lamentó la penumbra de la Edad de Oro del pop-rock español que se ahogó en la prosperidad de una riqueza sobrevenida a cambio de vender el alma.