Fernando Franco, su cine, no es complaciente ni con la taquilla ni con ese público de necesidad escópica y hambre de chucherías. No es un autor fácil, ni frívolo, ni de digestión rápida. Y en ese sentido, «Subsuelo» da pruebas fehacientes de cómo respira este director que transita, como un lobo solitario, al margen de las tendencias y familias del cine español hegemónico en apoyos y prebendas.
Lo que hoy cenan en EE.UU., mañana se servirá en nuestro desayuno. Es lo que nos toca desde que finalizó la II Guerra Mundial. Cosas de la hegemonía económica, el imperialismo cultural yanqui y las obligaciones de la dependencia militar que Occidente tiene con respecto al único país del mundo que no dudó en arrojar bombas atómicas contra un enemigo ya derrotado.
Con claustrofobia kafkiana y férrea carpintería teatral, “Upon Entry” apuesta por lo esencial. En menos de 80 minutos radiografía a sus personajes. Tanto a los que son interrogados como a quienes les devoran burlando el borde abisal de la legalidad tolerada y de la (re)presión tolerable. Alejandro Rojas y Sebastián Vásquez diseccionan gestos, palabras, antojos.
La sombra de Hitchcock se cierne sobre un filme extraño si por extraño se significa aquello que nos resulta raro y/o ajeno. Así, el filme protagonizado por Maika Monroe ha sido promovido bajo pabellón estadounidense pero su factura formal, su arco cromático y la geometría inquietante del imperio de los Ceaușescu le confieren al relato un aire europeo, decadente, transilvánico.







