Aunque pueda parecer que Joshua Oppenheimer y Rithy Panh hablan sobre lo mismo, el horror del genocidio; hay una línea ética que más que diferenciar enfrenta a sus respectivas películas: «The Act of Killing» (2012) y «S21: La máquina roja de matar» (2003).

Hong Sangsoo (Seúl, 1960) ha editado este filme, ha sido el director de fotografía y suyos son el guion y la realización. De modo que «La viajera» no puede esconder ese ADN de obra de autor. De un autor que, como Kaurismäki, se mueve entre la excentricidad y la periferia. Bastarían unos segundos para deducir que estamos ante una película suya.

Nick Hamm (Belfast, 1957) empezó a dirigir cine al final de los 80. En este tiempo ha realizado una quincena de largometrajes siempre discretos, siempre olvidables. Sus películas pertenecen a ese fondo de armario de los vídeo-clubs (cuando existían) donde permanecían intocables porque eran pasto de la indiferencia.

Algunas veces hay cortometrajes cuya feliz repercusión enciende la necesidad de que deberían crecer. Ese salto, convertir una historia condensada en unos pocos minutos en un filme de casi dos horas, es tentación envenenada. Ni es fácil ni siempre se consigue lo que se pretende: sublimar la calidad e interés de lo que nació como esencia pequeña.