Partir de un duelo actoral entre Luis Zahera y Javier Gutiérrez conlleva asumir la compleja dificultad de afrontar las riendas de esa «extraña» pareja que ambos personifican.
Dentro de diez meses su cumplirán 40 años del estreno de “Blood Simple”, aquí titulado como “Sangre fácil”. Con aquella película, su primer largometraje, se firmó la partida de nacimiento cinematográfico de los hermanos Coen.
La llama que alimenta lo que da sentido a “Más que nunca” gira en torno a una cuestión y un sentimiento.
Ganadora absoluta en la última edición del SSIFF, el jurado del certamen donostiarra vio y valoró obviamente las buenas intenciones de Laura Mora Ortega sin saber o querer reparar en que estos reyes van desnudos.
La actividad profesional de Álex de la Iglesia no cesa. Hombre de pasiones y pulsiones bizarras e hiperbólicas, da igual que sea productor, director, o “factótum”… él trabaja sin descanso, febrilmente, sin contención. En estos momentos su nombre aparece en múltiples frentes pero vinculado siempre a dos tendencias, el fanta-terror y la comedia. E
Con motivo de su primer largometraje, “Un otoño sin Berlín”, debut de entusiasmos juveniles y reflejos autobiográficos, concluía mi impresión sobre aquel filme especulando en positivo sobre las posibilidades de su autora, Lara Izagirre.
Producto de productor, “El viaje de sus vidas” ha sido concebido con la mirada puesta en la taquilla y con el corazón rendido ante la superioridad natural del imperio británico.
¿Cómo funciona el sistema operativo del traductor o la cabeza de quien interpreta que “The Last Bus” puede renombrarse como “El inglés que cogió una maleta y se fue al fin del mundo”? Esto es un enigma que no sabremos resolver y que duele incluso imaginar.
“Nomadland” contiene altas dosis de sustancia adictiva. Debido a ello serán muchas las personas que, tras interiorizar su relato, se convertirán en fervientes propagadores de sus excelencias. Este filme que se ha convertido en uno de los títulos del año -el año más triste de cuantos ha alumbrado el siglo XXI-, atrapa y envenena con su alta dosis de paradojas y contradicciones.
Jirí Menzel emergió en 1966 como un relámpago. Acababa de filmar su primer largometraje, “Trenes rigurosamente vigilados”, un filme poderoso que ganó el Óscar de aquel año. Su éxito preludiaba un cambio social y Menzel aparecía en lo más alto de la cresta de la denominada Nueva Ola Checa.