
EXPLOTA, EXPLOTA
En el último suspiro de “Explota, explota”, Raffaella Carrà sonríe a la cámara por un breve instante. Aparece dirigiendo el tráfico en un cameo intencionado del realizador porque, en efecto, sin sus canciones, esta película no existiría. Son ellas y el recuerdo que convocan, quienes conforman y dirigen la naturaleza de esta cita con el cine popular español de los años 60 y 70.