Título Original: MEMOIR OF A SNAIL Dirección y guion: Adam Elliot Intérpretes: obra de animación, voces: Sarah Snook, Kodi Smit-McPhee, Eric Bana, Magda Szubanski y […]

Estrenada en algunas salas como antesala de su presentación en Filmin, «El último Late Night» de los hermanos Cairnes ya se reconoce como obra de culto. Esta cita «con el diablo» que triunfó en la última edición del festival de Sitges, se comporta como una película de referencia; un texto relevante sobre el cine de terror de la tercera década del siglo XXI cuya proyección crecerá, por lo que conviene no perderse este estreno restringido.

A veces, más allá de la curiosidad, empatía o interés que provoca el relato que habita en su interior, aparecen películas que se imponen por la solidez de su facturación; por su humilde armonía; por el encaje de todos los ingredientes que la constituyen. Suelen ser películas sin vitola de favoritas, sin despliegues publicitarios, sin grandes premios ni reclamos de glamour.

La primera reacción tras ver La muerte de Stalin nos interpela con una cuestión: qué hubiera pasado si este filme se hubiera realizado hace cincuenta o sesenta años. Es decir, en plena guerra fría. En el tiempo de los hechos aquí narrados. Lo que aquí se desvela gira en torno a los últimos días de vida de Stalin.

Babadook sorprende por la claridad de sus ideas, por el sólido acervo de sus referentes y por la impagable interpretación de su principal protagonista, Essie Davis. Una mirada superficial la etiquetaría como cine de terror al uso, carne de video-club por más que ahora no haya vídeos ni nadie alquile nada.

Todo evoluciona a golpe de simetría. Todo se mueve bajo el número dos. Dos amigas, dos maridos, dos hijos, dos nueras, dos nietas… puro artificio que escribió Doris Lessing cuando había cumplido 84 años, es decir, lejos en el tiempo de su período más ilustre como escritora por más que fuera entonces, tres años después, cuando recibió el Nobel de Literatura en una decisión que levantó voces críticas.