La proyección de la película de Fernando Franco, “La consagración de la primavera” en la jornada del miércoles puso punto final a la presencia del cine español en la sección oficial de la 70 edición del SSIFF. Por primera vez en los últimos cuarenta años, todas las películas españolas a concurso evidencian una calidad media notable en lo que puede ser un año extraordinariamente dulce para nuestra cinematografía.

Hace unos pocos meses, Pilar Palomero probablemente no hubiera creído que su segundo largometraje competiría por la concha de oro en el SSIFF. Hace poco más de un año, tras una serie de cortos bien recibidos y con el oficio bien curtido en su desempeño como guionista para televisión, acababa de rodar “Las niñas”.

Manuel Abramovich funde en su “Pornomelancolía” lo viejo y lo nuevo. Bucea a pulmón libre en el tema de la pornografía para desenterrar el mercado del sexo desde los estilemas del presente. Así, Lalo, su protagonista, un “sex-influencer”, según nos dicen en la sinopsis de la película, muestra su cuerpo digitalizado con evidente éxito e insoportable vacío.

Sigue la 70 edición del SSIFF, en lo que a su sección oficial a concurso se refiere, sin bajar la guardia. Buen nivel y sólidas películas para una edición que mantiene una tendencia iniciada hace dos años, cuando Cannes suspendió su festival por la pandemia. Aquel primer año, 2020, el SSIFF vio reforzada de manera notable su sección oficial con películas que, de otro modo, se hubieran estrenado en Cannes.

El libreto, o sea el texto, allí donde se cuenta la historia de “La clemencia de Tito” de Pietro Metastasio, hunde sus raíces en la célebre “Vidas de los doce césares” del historiador romano Suetonio. En ella se narra el intento de asesinato del emperador acometido por su mejor amigo, Sesto, enamorado de la hija de éste e intoxicado por su hermana Servilia, despechada a su vez porque Tito no la deseaba.

En 2008 y 2009,de manera consecutiva, Christophe Honoré estuvo en la competición oficial del Zinemaldia. Ni “La belle personne”, ni “Non ma fille, tu n’iras pas danser” ganaron nada, pero era evidente que su cine era cualquier cosa menos banal por más que el centro de sus relatos tenga una querencia por el universo de la adolescencia y la juventud.

Definitivamente la 70 edición no tiene intención de aflojar esa calidad media notable que empieza a serle característica. Ayer concurrieron tres películas de factura y ambiciones muy diferentes. Una venía firmada por un viejo conocido en el SSIFF, Christophe Honoré, y en ella repite presencia la premiada Juliette Binoche. La segunda ofrece un memorable espectáculo musical en la Europa del siglo XVIII, una admirada declaración de melomanía.