La zona gris es aquella que se extiende desde que el blanco deja de serlo hasta ese segundo en el que la oscuridad lo invade todo. Dicho de otro modo, la zona gris representa el callejero donde la humanidad se busca. Es el territorio de la sombra; el reino de la incertidumbre. En él, el miedo y la niebla, los perros de la angustia, intoxican la verdad si es que la verdad existe para todos.
Basta con leer la sinopsis argumental de “Viaje al paraíso” y ver el cartel con el reclamo mayor de la película, Julia Roberts y George Clooney, para que nadie tenga dudas sobre el final de la misma. Más previsible que el discurso del rey en la nochebuena, aquí hay poca cera por arder y ningún intento para sorprender.
La magnética autenticidad, aparentemente desprovista de oficio, que Pedro Fasanaro aplica en el dibujo de su personaje en “Desierto particular”, atraviesa a la película de Aly Muritiba con la eléctrica sensación de lo cierto. No era fácil. En “Todo sobre mi madre” por ejemplo, Pedro Almodóvar tejía una fascinante red de atracción en torno al personaje “del padre” de Esteban, el joven adolescente al que Eloy Azorín daba vida durante el primer acto de la que sigue siendo uno de los mejores filmes del director manchego.