A partir de lo que fue un best seller literario, la película de Burr Steers, Orgullo+ prejuicio + zombies permanece fiel a su fuente de inspiración. En su día, Seth Grahame-Smith tuvo el acierto de fusionar el acerado romanticismo salpicado de irónica prosa de Jane Austen con un revival de muertos vivientes, que se llevaba mucho tiempo esperando.
Aunque no figura en los créditos, Snyder y Goyer parecen haber escrito el guión con el rabillo del ojo atento a Žižek, o al menos, sin perder de vista sus análisis. De hecho, lo mejor de esta película consiste en esperar qué puede llegar a decir de ella este ensayista que usa las películas para desnudar las contradicciones de un sistema monocromático abonado a una crisis ¿líquida?
En Francia ha arrasado por su humor, por su pertinencia, por su implicación política. En el resto del mundo la cosa parece mucho más complicada. Es la primera película de Kheiron, un humorista francés de origen iraní que, para debutar como realizador de cine, escoge algo que conoce muy bien, su propia biografía familiar. Kheiron escribió, dirigió e interpretó esta historia presidida por la figura de su padre.