Desde el primer segundo, este filme se percibe como una propuesta original y, ciertamente, muy coherente. Puro papel de lija que escuece tanto como señala. Su argumento hace esperar una nueva incursión en ese cine político de denuncia sobre los años de plomo; lluvia de odio que (de)sangró a Irlanda en la segunda mitad del siglo XX.

Los hermanos Grimm siguen siendo unos de los principales suministradores de argumentos para Hollywood. En el cine americano del siglo XXI, el del desembarco de la tecnología digital, la imagen de síntesis y el “más real que la realidad” del 3D capaz de convocar los mundos de fantasía con gramática de verosímil, ha abundado en la recuperación de todos “sus” cuentos.