En tres horas Kevin Costner escribe, dirige y protagoniza un filme que deberá durar, si se cumplen sus deseos, doce horas. Ese es el tiempo que Costner ha decidido utilizar para relatar su particular visión de «La conquista del Oeste».
Alex Gibney, director de «In Restless Dreams», utiliza tres horas y media para confeccionar un documental atractivo, aleccionador y, sorprendentemente, liviano. Cada persona que se enfrente a estos 209 minutos seguro que podría sugerir algún (pequeño) recorte, quizá algo más de síntesis y por qué no, suprimir algunos meandros.
Decidido a no perder tiempo, como si temiera que el meteorito que nos destruirá está al caer, Lanthimos ha entrado en una fase febril, acelerada y fructífera. Tras «Pobres criaturas», un vaciamiento ético y estético que provocó la ira de esencialistas y minimalistas, la animadversión de los ortodoxos y el desconcierto de los que odian la fantasía, presenta un catálogo de conductas perversas.