Al menos tres factores resultan determinantes para desvelar lo que “El último duelo” recorre en sus tres actos. Uno, claro está, responde al nombre de su director, Ridley Scott, un cineasta irregular, autor de piezas fundamentales con las que se ha forjado el imaginario de los últimos cuarenta años.

El concepto, la idea germinal que da vida a “Tres”, nace del miedo del editor de sonido a la desincronización. Cuando el cine era de celuloide, a 24 fotogramas por segundo, se imponía una férrea tiranía.  El sonido estaba anclado a la imagen.

En “Libertad”, película que inauguró la sección oficial de una Seminci 2021 sólida y diversa, convergen dos líneas argumentales, un precedente y una mirada homogeneizadora. El precedente fue el cortometraje “El adiós”, con el que Clara Roquet ganó la Espiga de Oro de su modalidad en 2015. En cierto modo, los ecos de aquel funeral se repiten en esta su primera película de larga duración. 

Imposible encarar la percepción de esta “crónica” sin mojarse del todo. No se  merece el insulto de dedicarle ejercicios de equilibrio, al estilo de “sí pero no”.  “La crónica francesa” de Wes Anderson se presenta como una obra total, una especie de culminación de quien todo lo existente le resulta convencional e incómodo.

La Covid 19 ha retrasado mucho el estreno de este filme que participó en la sección oficial a concurso del SSIFF de 2020. Es decir “Supernova” ha pasado más de un año esperando poder llegar a nuestras carteleras. Y eso, pese a que lo tenía razonablemente fácil.

Jonás Trueba ha querido distanciarse de sus raíces desde su nacimiento. Nada en su trabajo quiere evocar el hacer de los Trueba que le han precedido. Mejor para él,aunque no siempre lo consigue. Pero aunque solo fuera por ello, por intentarlo, habría que reconocerle a Jonás Trueba un evidente mérito.

La chica

En febrero de 2020, “Un segundo” se iba a estrenar en el contexto del festival de Berlín. A última hora, envuelta en un enigma no resuelto, se cayó de la programación y de “One second” no se supo nada hasta que, año y medio después, reapareció para inaugurar el SSIFF.

El 11 de marzo de 2011 a las 14:46 después de un terremoto de magnitud 9, Japón, el país con más cicatrices del mundo, vivió un
a de sus peores pesadillas en lo que va del siglo XXI. Ese país flotante que conoce bien la palabra terremoto, que supo del horror atómico y que cada año recibe abrumadoras visitas de la naturaleza, sufrió todo de golpe cuando, como consecuencia del seísmo, la central nuclear de Fukushima I empezó a desmoronarse.