En 1994, «Pulp Fiction» se paseó por Cannes y dejó sin la Palma de Oro a títulos como «Rojo» de Kieslowski, «¡Vivir!» de Zhang Yimou, «A través de los olivos» de Abbas Kiarostami, «Caro diario» de Nanni Moretti, «El gran salto» de los Coen y «Exótica» de Atom Egoyan, entre otros.
Cuando el Trueba inventor de la denominada «comedia madrileña» iba de éxito en éxito, solía declarar que hacía comedias porque le imponía mucho respeto ponerse serio para hablar del amor. Aquel Trueba treintañero era prudente.
Un parpadeo repetido suele ser la clave para detectar una mentira. O una señal de socorro de quien no puede hablar, bajo la (o)presión de una amenaza cercana. Ambas cuestiones, el miedo y la impostura, rondan una de las peores lacras del siglo XXI consecuencia del origen de nuestras sociedades, los abusos y maltratos machistas.