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Sparrow y el Goya perdido

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Título Original: MORTDECAIDirección: David Koepp Guión: Eric Aronson; basado en la novela de Kyril Bonfiglioli  Intérpretes:  Johnny Depp, Ewan McGregor, Gwyneth Paltrow, Olivia Munn, Paul Bettany y Jeff Goldblum Nacionalidad: EE.UU.  2015 Duración: 107 minutos  ESTRENO: Abril 2015

En los primeros compases de la primera entrega de Piratas del Caribe, tras un deslumbrante arranque en la más pura y clásica ortodoxia del cine de aventuras, Johnny Depp rompía la compostura para dibujar un filibustero de trazo grueso, pose amanerada y rictus de náusea. Su primera aparición culminaba con el hundimiento de su bajel. Encaramado en el palo mayor, justo cuando éste se sumergía en el agua, su personaje, Jack Sparrow, llegaba a tierra firme. La impresión que provocaba aquella caricatura del cine de piratas, lejos de hundirse como la nave, dio lugar a un fenómeno de masas. De repente, el actor de mirada triste y rostro verde, como sin madurar, sin saberlo se iba a ver arrastrado por ese golpe de éxito. Desde entonces ni siquiera Tim Burton ha podido sujetar su irremediable querencia por el exceso y la sobreactuación.
Aquí, en Mortdecai, donde además de protagonista abrumador figura como productor, no pasan ni treinta segundos para saber que el director David Koepp nada dirige que no sea lo que Depp le encomienda.
Y lo que Depp quiere no es sino repetir el esquema de Sparrow, ese personaje de opción sexual sin declarar y deseos sin consumar, que extrae de la cobardía actos heroicos de supervivencia. Aquí no son bucaneros ni tesoros lo que preside el filme, sino servicios de inteligencia, rusos avaros, traficantes de arte y un Goya robado de la lejana España. Con parecidas mimbres de humor y sal gruesa, Matthew Vaughn hizo Kingsman, puro humor británico de flema y espías. Koepp, con una producción cien por cien norteamericana, juega al mismo palo pero su modelo no hay que buscarlo en las series de los años 60. Más cerca de Snatch: cerdos y diamantes que de la Ealing, Mortdecai se porta como un constructo neodisney con reparto de alto voltaje y escasa metralla. Divertimento light, porque Depp se ha convertido en el actor favorito de los niños. A falta de segundas intenciones, Mortdecai garantiza oficio, humor y astracanada. No parece demasiado pero huele a que la segunda parte vendrá enseguida.

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