Bajo el falso nombre de Aranzazu Berradre, una joven policía de apenas 20 años, hoy todavía anónima para la sociedad y quizá para siempre, asumió un descenso al inframundo que se prolongó durante 8 años.
En formato 4:3, con escala cromática propia del cine amateur setentero y con un ritmo anfetamínico, speed de receta; las dos horas del nacimiento y formación de una bestia llamada Donald Trump dan noticia del ser más ridículo de la colección de líderes políticos patéticos que hoy gobiernan o intentan gobernar el mundo.


