Bajo el falso nombre de Aranzazu Berradre, una joven policía de apenas 20 años, hoy todavía anónima para la sociedad y quizá para siempre, asumió un descenso al inframundo que se prolongó durante 8 años.
Cuando empezó a gestarse «Robot salvaje», la compañía Dreamworks hizo correr la noticia de que sería su última película de animación grabada en sus estudios. Una semana después de su estreno, se anuncia que la segunda parte llegará pronto.
En formato 4:3, con escala cromática propia del cine amateur setentero y con un ritmo anfetamínico, speed de receta; las dos horas del nacimiento y formación de una bestia llamada Donald Trump dan noticia del ser más ridículo de la colección de líderes políticos patéticos que hoy gobiernan o intentan gobernar el mundo.