Sin golpes en la mesa ni hitos deslumbrantes, Mamoru Hosoda ha conseguido lo que pertenece a los artistas más extremos. Recapitulemos. En las postrimerías del siglo XX, se impusieron autores como Otomo, Oshii, Kon, Kawajiri y Anno.
Nacido en Montreal, aunque parisino de adopción, Éric Gravel reincide con su segundo largometraje en mostrar el entramado laboral desde el punto de vista de la mujer. Y lo hace, en este caso, mutando la piel de comedia de su primer trabajo por la armadura de un melodrama de tonos intensos, relatado al galope y obsesionado con insuflar a su testimonio la contundencia de lo que deja sin aliento.