En el segundo año de la pandemia, en 2021, el cine regresó a Cannes y con él, en su sección oficial a competición, viajaba casi como un polizón entre las sombras, una pieza transterrada de un cineasta finlandés y extraño -un pleonasmo sin duda- llamado Juho Kuosmanen. Volveremos al director en breve pero ahora fijémonos en lo que nos aguarda en esta película.
Kaouther Ben Hania es la primera directora tunecina en lograr una nominación para el Oscar. Tiene 44 años y su historial la circunscribe al género documental. O sea su cine no proviene de la ficción sino que viene de lo real. En “El hombre que vendió su piel”, Ben Hania se sale de su zona de seguridad.
No es casualidad que al hablar de esta película de dibujos animados, se traiga a colación dos obras anteriores de su realizador: “Escuela de rock” y “Boyhood”. Si algo determina lo que “Apolo 10 y medio” contiene, es una mirada a la propia infancia del guionista y realizador y una recreación trepidante de la banda sonora que llenó los silencios de aquel tiempo en el que se maceraron las señas de identidad que conforman su personalidad como cineasta.