Acabados los ecos épicos del “guerracivilismo” que no cesa, el lunes, el Zinemaldia se puso el traje de faena. El glamour y el reconocimiento del cine de casa cedió el testigo a una triple oferta de cine de ensayo y error. Bueno tres títulos que, en realidad, cuentan solo como dos para la competición oficial, toda vez que James Franco, haciendo honor a su Concha de Oro,  evidenció su condición de desastre  dando la campanada con su película al quedarse fuera de la competición por meter la pata. ¿Quién le mandaría estrenarla hace unos días en Rusia dejando al Zinemaldia en evidencia?