Presentada en Cannes, dentro de la Quincena, su directora, Arantxa Echevarria se ganó el honor con “Carmen y Lola” de ser la primera mujer realizadora de origen español en pisar la alfombra roja del icónico festival francés. Si se señala que se trata de su primer largometraje, el mérito se agranda.

En el limbo donde reposan las películas que se han hecho, hay un apartado donde confluyen las llamadas historias sobre la amistad. Por lo general parten de una idéntica salida: plantean un (re)encuentro entre colegas donde, a la luz del drama, la comedia o el terror, revisan el pasado para descubrir heridas sin cicatrizar que nadie quería ver pero que todos o casi todos intuían.