Durante un breve instante, el padre de la escultura moderna, el amante ¿vampiro? de Camille Claude, llevó hábitos y se convirtió en el Hermano Agustín. Había encadenado fracaso tras fracaso y pronto supo que, como pintor, nunca superaría a sus coetáneos.
Resulta imposible no conmoverse ante el periplo de Nisha. Su argumento, hecho de denuncia y estremecimiento, ha sido engendrado para pellizcar, para señalar, para reflexionar. Y sin duda cumple su cometido.
Al paso que vamos, dentro de unos años, cuando se repase la historia del cine español, se concluirá con la evidencia de que Belén Rueda habrá sido al género de terror del primer tercio del siglo XXI lo que Pepe Isbert fue a la comedia española de los años 50.
Brad Bird merece ser reconocido como el principal lugarteniente de Pixar. A estas alturas de la historia del prestigioso sello, Bird merece el honor de ocupar la segunda plaza, justo al lado de John Lasseter. Al creador de Pixar se le reconoce como el hombre de hierro de una productora que ha revolucionado el mundo de la animación.
Para Tom Cruise, Misión imposible se ha convertido en su mejor argumento para continuar en el primer plano del cine comercial de todo el mundo. Actor y argumento se difuminan en una marca que sabe del éxito a fuerza de permanecer fiel a sí misma.
Así como las bodas conforman una suerte de subgénero, las de vacaciones en uno de esos espacios franquiciados que ofrecen el paraíso, cuando realmente conformar la antesala del infierno, llevan camino de algo parecido.