Nuestra puntuación
Cine y cocina, mala digestión
Título Original: CHEF Dirección y guion: Jon Favreau Intérpretes: Jon Favreau, Sofia Vergara, John Leguizamo, Scarlett Johansson, Dustin Hoffman, Oliver Platt, Bobby Cannavale, Robert Downey Jr. y Amy Sedaris País: USA. 2014. Duración: 115 min. ESTRENO: Agosto 2014
En alguna ocasión y en estas mismas páginas ya se ha dicho: fusionar cine y cocina rara vez da lugar a buenas películas. Por el contrario, casi siempre provoca peligrosas gastroenteritis mentales que conviene evitar. Primero las sufren quienes las hacen, suelen ser víctimas de una felicidad alelada. Luego traspasan ese virus a los incautos espectadores, que salen de la sala con vacío en las tripas y la cabeza hueca. Eso lo entendió perfectamente Marco Ferreri y por eso creó La grande abbuffata (1973); película cumbre de esa (con)fusión entre cine y cocina.
Nada de esto tiene en cuenta el director de Iron Man, Jon Favreau, un neoyorquino actor antes que director, que aquí ejerce ambas facetas.
El filme, saludado como una comedia divertida de lujo y alta cocina, se pasa la mitad de su tiempo sin saber qué contar. Si se observa que en la otra mitad no cuenta nada, la suma es víctima de la anorexia.
A Favreau, su primer Iron Man le salió brillante, ingenioso y comercial. No así lo que vino luego y, tal vez, (des)animado por las caricias críticas que le cayeron encima, se cuestiona en Chef un tema notable: el compromiso de un artista con respecto a su obra. El artista en este caso se dedica a la cocina y su condición ha decaído mucho al servir en un restaurante cuyo menú no decide. Ha perdido la libertad a cambio de un sueldo y ha dilapidado el tiempo malgastando su vida. La llegada de un crítico afamado al local precipita una crisis que da lugar a una road movie de fast food en camioneta. Ahí acaba todo. Con la ayuda de la amistad de sus actores en Iron Man, sus bazas se reducen a personajes de aerobic y cirugía plástica en situaciones insípidas y trucos baratos. De manera que Chef no hace nada por desmentir que cine y cocina malamente armonizan.
Nada de esto tiene en cuenta el director de Iron Man, Jon Favreau, un neoyorquino actor antes que director, que aquí ejerce ambas facetas.
El filme, saludado como una comedia divertida de lujo y alta cocina, se pasa la mitad de su tiempo sin saber qué contar. Si se observa que en la otra mitad no cuenta nada, la suma es víctima de la anorexia.
A Favreau, su primer Iron Man le salió brillante, ingenioso y comercial. No así lo que vino luego y, tal vez, (des)animado por las caricias críticas que le cayeron encima, se cuestiona en Chef un tema notable: el compromiso de un artista con respecto a su obra. El artista en este caso se dedica a la cocina y su condición ha decaído mucho al servir en un restaurante cuyo menú no decide. Ha perdido la libertad a cambio de un sueldo y ha dilapidado el tiempo malgastando su vida. La llegada de un crítico afamado al local precipita una crisis que da lugar a una road movie de fast food en camioneta. Ahí acaba todo. Con la ayuda de la amistad de sus actores en Iron Man, sus bazas se reducen a personajes de aerobic y cirugía plástica en situaciones insípidas y trucos baratos. De manera que Chef no hace nada por desmentir que cine y cocina malamente armonizan.