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Bienvenido al Magreb

Título Original: PARIS A TOUT PRIX Dirección:  Reem Kherici Guion: Reem Kherici, Morgan Spillemaecker y Philippe Lacheau Intérpretes:  Reem Kherici, Cécile Cassel, Tarek Boudali, Philippe Lacheau, Shirley Bousquet, Salim Kechiouche y Stéphane Rousseau Nacionalidad:  Francia. 2013 Duración: 89 minutos ESTRENO: Marzo 2014

 
Reem Kherici ha cumplido hace tres semanas 31 años; su personaje, durante el rodaje de la película hace un año, afirma tener 29. Esa ¿sorprendente? coincidencia con el DNI no es la única que se proyecta en esta película escrita, dirigida e interpretada por ella misma. Aunque hay pequeñas distorsiones, el padre de Reem es tunecino y no marroquí, Kherici y su personaje poseen mucho en común. De hecho, Kherici, actriz (re)conocida por comedias extravagantes y populistas, compañera del también histrión quebequés Stéphane Rousseau, conoce bien la cultura parisina y la musulmana. Su personaje, una aspirante al mundo de la moda, diseñadora de pasarela de lujo y cabeza de nada, es una joven marroquí que trata de hacerse camino en la jungla de la alta costura.
Lo más relevante de la película se ofrece en sus primeros quince minutos. Una sucesión de chistes brutales, de descalificaciones macarras en medio de modistos con mando y pluma. La joven marroquí en cuestión, no quiere saber nada ni de su país de origen ni de su familia. Egoísta, altanera y estúpida, su comportamiento se ha impregnado de todos los tics más tópicos e insufribles de la estulticia. La directora clava a su personaje cuando nos muestra que tiene muchos más zapatos en su armario que neuronas en su cabeza.
El juego de contrastes entre la sofisticación vacua de París y la autenticidad rudimentaria de Marrakech deviene en el motor argumental; en su único sostén. Como en éxitos pasados de la comedia francesa, tipo Bienvenidos al Norte, aquí Kherici hace de ese juego de antagonismos el esqueleto de una comedia que, poco a poco, se deshace en la nada. Por razones incomprensibles, el filme fue estrenado en Cannes. Por motivos mucho más entendibles las personas con sentido común se preguntarán cómo fue posible algo como eso. Nada más que tópicos y ripios, chistes gastados y personajes sin carne ni alma habitan en esta propuesta que busca conciliar el norte con el sur con una peligrosa moraleja. París para trabajar. Marrakech para veranear. Había más dignidad en las escapadas de Sacristán y Lazaga a Alemania que en esta colección de insufribles tópicos resueltos sin talento ni gracia. 

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