Con el cambio de siglo, el cine español, asfixiado por tanta película de boina y caspa, pareció encontrar, como el francés, una salida renovadora en el terror. En nuestro caso, había una escasa tradición. El costumbrismo reina en el catálogo de la Filmoteca Española.

Sofia Coppola introduce “La seducción” -sobre la que para el público más iniciado gravita el recuerdo de la que cuarenta y seis años antes hizo Don Siegel con Clint Eastwood-, con un movimiento vertical. La cámara apunta hacia las copas altas de unos árboles de querencia gótica. Y en ellas hay algo solemne, catedralicio.

Como las estadísticas se aferran a los datos y los datos son entradas vendidas, se ha descubierto, desde hace unos cuantos años, que una notable porción de la tarta del público que frecuentan las salas de cine la ocupan mujeres de más de 50 años que suelen acudir en compañía de sus amigas.

Dirigida y coescrita por Emiliano Torres, “El invierno” es una obra sólida y desasosegante, de estructura diamantina y de poética cruel. Su naturaleza y su rigor le confieren esos rasgos de coherencia e incomodidad que echan del cine a algunas personas para quienes una película debe ser entretenimiento y solo eso.

Chistopher Nolan (30 de julio de 1970), apenas había cumplido los nueve años cuando Coppola dirigió “Apocalypse Now”. Con “Platoon”, de Oliver Stone tenía 16 años y, meses después, cuando se disponía a alcanzar la mayoría de edad, supo de Kubrick y “La chaqueta metálica”. El estreno de “Salvad al soldado Ryan” de Spielberg le pilló a Nolan con 28 años y con su primera película bajo el brazo, “Following” (1998).

Maha Haj ha trabajado con Elia Suleiman (“The Time that Remains”). Para quien no lo conozca, este dato nada dirá pero señalemos, por ejemplo, que Elia Suleiman, palestino nacido en Nazareth, como los protagonistas de este filme, sabe combinar desde el humor, el ácido corrosivo de la crítica política, con la observación compasiva de la condición humana.