Título Original: KAJIMILLONAIRE Dirección y guión: Miranda July Intérpretes: Evan Rachel Wood, Gina Rodriguez, Richard Jenkins, Debra Winger País:  EE.UU. 2020  Duración:  104  minutos

Familia que roba unida

Probablemente, cuando se llega al beso final, beso previsto en un final telegrafiado e insinuado en todas sus maneras posibles, se siente que buena parte del viaje realizado hasta allí, casi 100 minutos, ha sido en vano. Si lo que se quería contar era esto, para qué tanta verborrea excéntrica de personajes delirantes que conforman una familia imposible.
Escribe y dirige, Miranda July, artista, música, escritora, actriz, y directora de cine estadounidense. Ha cumplido 46 años y hace 16, cuando apenas tenía 30, todos los vaticinios afirmaban que estaba predestinada a ser una de las grandes renovadoras del cine americano. Tres lustros más tarde, “Cómo sobrevivir en un mundo material”, se presenta como su tercer largometraje tras “Tú, yo y todos los demás” (2005) y El futuro (2011). Demasiados frentes, la música y la literatura, han debilitado la intensidad y el interés de la Miranda July cineasta.
Desprovista de la rotundidad de su primer largo, lo que desarrolla esta película evidencia demasiados zurcidos.
El arranque y el contexto, prometen. Una familia peculiar, se diría que ha nacido del cruce  entre Lanthimos y Solonz, un matrimonio con una hija, de la que vemos celebrar su 18 cumpleaños aunque ha cumplido 27, sobrevive al margen del sistema a costa de pequeños timos. En su devenir, July muestra los intersticios y fallas del sistema social, como las grietas en los protocolos de las compañías aseguradoras y la debilidad y soledad de una envejecida sociedad abocada a una patética decrepitud.
Pero más allá de la descripción de ese panorama distorsionado, más allá de su coreografía de artificio y pose, como esa pared que rezuma espuma, o esa ocultamiento al pasar por la valla donde se encuentra su casero, Miranda July no ha preparado nada. En todo caso, un romance nada sofisticado que sirve para desarmar la falsedad de una unidad familiar que, pese a ser excéntrica, resulta poco o nada estimulante. A falta de más datos, y con el estremecimiento que provoca el reencuentro con Debra Winger, todo deja una sensación agridulce, escasa y finalmente convencional.
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