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Título Original: ONWARD Dirección: Dan Scanlon Guión: Dan Scanlon, Jason Headley, Keith Bunin Intérpretes:  Animación  País:  EE.UU. 2020  Duración:  102minutos

En busca del padre ausente

El mayor enemigo de Pixar es el propio Pixar. El baremo por el que se medirá a “Onward” hay que buscarlo en precedentes como “Up” y “Buscando a Nemo”. Y ese luchar contra sí mismo, lastra la capacidad de sorprender de la compañía, pese a que (casi) siempre garantice una calidad media más que notable.
Al analizar su estilo, el ADN de Pixar, se comprende que la fundamental aportación del equipo liderado por John Lasseter hay que cifrarla no en la calidad de su animación en 3D, ni en la profesionalidad y perfecto acabado de sus obras; sino en la radical transformación del punto de partida de sus relatos de animación. A diferencia del viejo imperio Disney, las películas Pixar no beben de las tradicionales fuentes del cuento. Su inspiración no bucea en el legado de los hermanos Grimm, Andersen y compañía. Por el contrario, sus relatos saben de la propia experiencia de quienes los hacen y, aunque miran al público infantil, buscan serenar los fantasmas de los adultos que los cuentan.
 “Onward” trata del vacío que deja la ausencia de un padre muerto. Sugiere un mundo paralelo al nuestro, visionario a su manera y simbólico por vocación. Lo esencial de los cuentos reside en la moraleja que encierran. 
El caso “Onward” habla de un mundo que ha desterrado la fantasía porque la tecnología facilita más la comodidad. En ese lugar de centauros que ya no corren, de elfos sin magia, de sirenas sin cánticos y dragones dormidos, dos hermanos recuperan el poder de lo imposible. Magia para recobrar, por un día, la presencia del padre muerto; magia para comprender que una relación fraternal puede encerrar lo mejor que la vida pone a nuestro alcance.
Inspirada en la vivencias personales de su creador, el director Dan Scanlon, “Onward” no teme enzarzarse en la excéntrica imagen de un padre de medio cuerpo, convertido en una mezcla entre el hombre invisible y un espantapájaros. A lo largo de una aventura en la que el vértigo del vacío y la llamada del abismo deben desafiarse para conjurar la ausencia, el recorrido alcanza una brillantez gozosa y, una vez más, Pixar vuelve a ser Pixar, sabedor de que cada vez se complica más la existencia.
 

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