Cuando La directora libanesa Nadine Labaki presentó en mayo de 2018, “Cafarnaun” en Cannes, festival del que salió bendecida por el público y beneficiada por el palmarés, afirmó algo así como “prefiero hacer pornografía emocional antes que ser cínica”.

El barro que modela esta reflexión histórica entre dos reinas británicas, la que da título al filme y su prima Isabel de Inglaterra, sabe del teatro. Su médula espinal proviene del verbo y, como tal, son los diálogos quienes marcan su primer atributo, el principal tesoro, de un filme que no llega a la perversa brillantez de “La favorita”, pero que ofrece muchos atractivos.