Hay algunas cosas interesantes en La correspondencia, el último filme de Giuseppe Tornatore, un realizador que rueda casi siempre con alto presupuesto e infinita ambición. Pero hay que buscarlas con cuidado. Se impone, para disfrutar de ellas, evitar la banalidad y no acusar la desproporción del guión. Si se deja a un lado su tronco narrativo, es posible apreciar que, aunque escondidos, en este filme hay algunos méritos.

Frente a la creencia sostenida de que la calidad media de las series de televisión en estos momentos roza la excelencia, películas como Ahora me ves 2, son la prueba evidente de que la calidad media de las películas que se producen desde Hollywood aporta, en la segunda década del siglo XXI, menos riesgo, originalidad y oficio que cualquier capítulo de una mala serie de relleno de los años 70.