La huella de Memento, el filme con el que Christopher Nolan capturó la atención del panorama cinematográfico, asfixia a Before I Go to Sleep, un título que se sirve de la desmemoria para tejer un oscuro thriller conyugal protagonizado por Nicole Kidman y Colin Firth.
En el tiempo de la Wikipedia y el corta y pega, el de la resaca de la palabra de Tarantino, las películas parecen construidas con material de desecho. Son modernos monstruos de Frankenstein reanimados a partir de fragmentos muertos. Así resulta tan difícil encontrar en la cartelera un título original, como dar con un buen clásico.