Aunque el referente hegemónico del vampirismo suele ser masculino, desde Nosferatu a Drácula, se suele obviar que el origen de los no muertos descansa en la historia de la condesa eslovaca Erzsébet Báthory nacida en 1560, en el boyante y sanguinario tiempo del imperio austrohúngaro.

Itsván Szabo nació en plena guerra civil española, (Budapest, 18 de febrero de 1938), cuando el Ebro se preparaba para la más sanguinaria batalla de su historia. En ese tiempo, Szabo era demasiado niño pero su adolescencia y juventud supo del totalitarismo stalinista, de la guerra fría y de sus demonios.