Yorgos Lanthimos (Atenas, 1973) sorprendió a medio mundo con «Canino» (2009). Se había forjado en su Grecia natal, pero conocía bien el cine europeo y la escena teatral alemana. Todavía no había amanecido como cineasta, ni cabía sospechar que sería uno de los referentes del siglo XXI, cuando era evidente que militaba en el terreno surrealista cultivado por Luis Buñuel hace un siglo.
El Papa Pío IX, figura vertebral de este relato fundido con destellos de realidad, sacude nuestra percepción con análoga frialdad a la que el Juan Pablo II de «La Nona Ora» de Maurizio Cattelan opera en nuestra conciencia.
Aunque sea Alyona Mikhailova la mejor aportación de este semblante biográfico sobre el compositor de “El lago de los cisnes”, hay muchas caras en este poliédrico film que miran al alma rusa del final del XIX pero que parece dolerse con las miserias de Putin y sus desvaríos.
Scott Cooper, director y guionista de “Los crímenes de la academia” pretende sostener con este filme un homenaje extraño y ambivalente en torno a la figura de Edgar Allan Poe. Recordemos que el título en castellano no es sino una perezosa y arbitraria reinvención de “The pale blue eye”, algo que emana del universo de Poe
Cuando una mujer cumple los 40 años de edad, la sanidad pública española le retira la aplicación gratuita del tratamiento de reproducción asistida. Dicho de otra manera, en el cuadragésimo cumpleaños se establece el final de la muga de la fertilidad femenina.
Excéntrica como se corresponde a toda película que se encomienda al carisma de Benedict Cumberbatch (repasen su filmografía más allá de Sherlock), “Mr. Wain” o como más explícitamente señala su título en inglés, “la eléctrica existencia de Louis Wain”, resquebraja la férrea y maniatada estructura que toda biografía impone.
En 1985, James Ivory, un director británico de modales exquisitos y películas sutiles, estrenó una de sus películas más aclamadas: “Una habitación con vistas”. Con un reparto impresionante, aquella fábula rodada en una Florencia convocada por E. M. Forster, el autor de la novela original, lograba una pequeña joya del cine romántico.