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A Ricardo III, el último rey de la casa York, William Shakespeare le regaló un pasaporte para la eternidad ciento diez años después de su muerte en la batalla de Bosworth. Creo un visado intoxicado porque su retrato del rey inmortal(izado) -ya saben quiso cambiar su trono por un caballo-, estaba condicionado por la aprobación de los vencedores, los Tudor.

Desde hace tiempo algunas referencias críticas sostienen que, como acontece con la obra de Soderbergh, el cine de Kenneth Branagh se mueve en dos niveles muy diferenciados. A un lado crece su obra más personal, la que atiende a su sed de autor.

Aunque el dato no es oficial, podríamos decir que el primer biopic, o al menos uno de los primeros de la historia del cine, hay que situarlo en el año 1906, cuando Alice Guy, la primera persona que concibió el cine como materia narrativa, filmó “La vie de Christ”.