En el devenir de Mounia Meddour (Moscú, 1978), como en un palimpsesto identitario, se inscribe la verdadera escritura que sostiene “Papicha”, un filme que habla de “sueños de libertad” pero que lo hace desde una voluntaria superficialidad que ¿banaliza? la tragedia sobre la que cabalga. Desvelemos. Mounia, hija del director de cine argelino Azzedine Meddour, nació en la URSS porque su madre es rusa. Sin embargo su nacionalidad es argelina y francesa.

Tras unas imágenes de archivo que sirven para documentar cómo cambió el mundo en el comienzo de los 70, un golpe brusco nos devuelve a la realidad (re)creada. La autenticidad de un grupo de hippies setenteros da paso al artificio de la vida de provincias en la Suiza profunda de 1971. Allí, con carácter de confesión personal, de diario que rememora lo que parece una autobiografía, se despliega un filme creado para gustar.