El nombre de «Venus», en este filme de Jaume Balagueró , designa a un edificio de viviendas que se levanta como un monumento desolado en medio de una urbanización de arrabal y abandono. Su protagonista, Lucía, «la que trae la luz», es hermana de Rocío, «la que tiene gracia», la de la humedad del amanecer.
Teniéndolo todo, como María de la O, Mark Mylod -que desgraciadito-, no logra hacer casi nada. En apenas diez minutos, la mirada espectadora menos resabiada ya ha intuido que no cabe esperar mucho de «El menú». Que su carta es vieja, tópica, banal. Que se mueve entre la comedia y el suspense para acabar por asumir que no sabe provocar ni agobio, ni misterio. Que en esa cocina la sal ha desaparecido y la gracia no existe.
Lo que hace en su primer largometraje Mikel Gurrea a Helena (Vicky Luego) y a Iván (Pol López), su pareja protagonista, habita en el sugerente y escurridizo uso de la metonimia. “Suro”, palabra catalana para designar el corcho, ilustra y describe el trabajo de un pelotón de peladores.
Lukas Dhont (Gante, 1991), pertenece a la categoría de directores que empiezan con buen pie sabedores de que su irrupción, su emergencia, coincide con el signo de los tiempos. Su anterior y primer largometraje, “Girl” (2018) impuso con autoridad la fuerza de una reflexión sobre la identidad sexual, la danza y los sentimientos, un discurso que tenía en su principal actor, Victor Polster, un acierto decisivo.
Título Original: BONES AND ALL Dirección: Luca Guadagnino Guión: Dave Kajganich. Novela: Camille DeAngelis Intérpretes: Taylor Russell, Timothée Chalamet, Mark Rylance y Chloë Sevigny País: […]
Lo primero en aparecer en “Sintiéndolo mucho”, es el humo. ¿Sagrado? Por el humo se sabe dónde está el incendio, en el humo habita el misterio y vendedores de humo proliferan en este mundo de “fake news” y famosos por un día.
Zhang Yimou levanta la bandera del cine chino desde hace cuatro décadas. Hemos visto transformarse al país mas poderoso del mundo y Zhang Yimou permanecía fiel a sí mismo. Lo ha tenido todo y se le ha despojado de casi todo. Eso incluye las bendiciones y descalificaciones de la crítica y de los festivales.
A James Gray no se le suele citar entre los grandes cineastas norteamericanos de nuestro tiempo pero, cuando se quieran explorar las claves de nuestro tiempo, su cine se revisitará en el futuro probablemente más que el de otros que hoy reciben premios, agasajos y laureles.
Es posible que en ese movimiento pendular que agita a la zozobra crítica, siempre demasiado pasional y antagónica, siempre en pos de la excelencia y con el colmillo presto para señalar el desatino, Pilar Palomero recibiera más laureles de lo que su primer largometraje, “Las niñas”, merecía.
Al igual que en la entrega anterior, Ryan Coogler, un profesional afroamericano en cuya carta de presentación brilla su oficio para resolver con dignidad la séptima entrega del alter ego de Sylvester Stallone, “Rocky, Creed” (2015), repite la dirección y coescritura de “Black Panther”. Su presencia garantiza la continuidad y establece un curioso y renovador díptico en torno al superhéroe africano de la familia Marvel.