3.0 out of 5.0 stars

Título Original: BLACK PANTHER: WAKANDA FOREVER Dirección: Ryan Coogler Guión: Ryan Coogler y Joe Robert Cole Intérpretes: Letitia Wright, Angela Bassett, Winston Duke, Danai Gurira, Florence Kasumba y Martin Freeman País: EE.UU. 2022 Duración: 161 minutos

Aguanta y resiste

Al igual que en la entrega anterior, Ryan Coogler, un profesional afroamericano en cuya carta de presentación brilla su oficio para resolver con dignidad la séptima entrega del alter ego de Sylvester Stallone, “Rocky, Creed” (2015), repite la dirección y coescritura de “Black Panther”. Su presencia garantiza la continuidad y establece un curioso y renovador díptico en torno al superhéroe africano de la familia Marvel. Coogler, californiano de origen, director y guionista, se mueve cómodo en este formato XXXL. Respeta la fórmula de la franquicia y perpetúa los arquetipos del modelo al que pertenece. Pero bajo la misma piel de culto al cuerpo, exaltación de la acción y fidelidad a la consigna (patriótica), Coogler, introduce cierto desasosiego.

En “Wakanda forever”, Coogler, no se limita a sublimar la cultura africana como acontecía en el filme precedente. Avanza un peldaño más para elaborar un manifiesto alegórico sobre la lucha de razas, de sexos e, incluso, de clases.

El contenido de “Wakanda forever” gira en torno a dos funerales y una guerra ante la mirada paternal e invasiva del amigo americano. Todas las víctimas pertenecen a las razas colonizadas. Quienes se manchan las manos y pagan la factura son, como en la realidad, los de siempre.

Aquí se asiste al duelo de Africa versus la América que no habla inglés, dos pueblos anclados en el mismo guetto. Uno, aislado en un idílico jardín, el otro, oculto en aguas submarinas. Coogler, ha coescrito junto a Joe Robert Cole una distopía menos inocua de lo que aparenta. Hay humor subterráneo, alta coreografía bélica y alguna cita feliz como la de ese blanco encadenado que deviene en icono de ironía. Bajo el escudo de la fantasía y la venda de la Marvel-Disney, el grito de Wakanda, ese aguantar y resistir, recrea la cruenta guerra entre dos pueblos expulsados: los hijos de los esclavos y los últimos mayas víctimas de un mundo depredador.

No obstante, el futuro (económico) de la Marvel será halagüeño por lo que este “Wakanda forever” supone. De hecho, la adición de ese público que durante décadas debía verse en papeles secundarios, engorda ahora sus ingresos y preludia la ley de Lampedusa. Queda claro que al empoderamiento femenino le sucede(rá) la venida del nuevo macho-rey de Wakanda. ¿O no?

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