2.0 out of 5.0 stars

Título Original: LES TROIS MOUSQUETAIRE: MILADY Dirección: Martin Bourboulon Guión:     Martin Bourboulon, Matthieu Delaporte, Alexandre de La Patellière. Novela: Alejandro Dumas Intérpretes: Eva Green, Vincent Cassel, François Civil, Vicky Krieps y Louis Garrel País: Francia. 2023 Duración: 115 minutos

Dumas en vano

La segunda parte de esta incursión en la novela de Alejandro Dumas se rodó al mismo tiempo que la primera. Por el mismo equipo, con los mismos guionistas y bajo la batuta de Martin Bourboulon. Pero pocas veces ningún cambio ha provocado resultados tan distintos. El filme estrenado hace un año salía más o menos bien librado del empeño de adaptar un clásico inmortal. No era sencillo. Bien a través de la letra impresa o bien por medio de las diversas versiones que de ella ha hecho el cine, “Los tres mosqueteros” ocupa un lugar de ensueño y propiedad en el imaginario de la mayor parte del público.

Dumas la escribió en 1844. Hoy, 180 años después, el proyecto que lidera Martin Bourboulon utiliza el mitificado texto como pretexto. Sigue las directrices marcadas por el cine comercial y las series de televisión de los últimos tiempos. Ya saben, de Sherlock Holmes a Arsenio Lupin, las nuevas adaptaciones no dudan en hiperbolizarlo todo. El problema no reside tanto en su empeño por la exageración sino en su miopía culpable de no reparar en los pequeños detalles. Como acontecía en los cuentos infantiles, cuyas versiones primigenias fueron devoradas por adaptaciones posteriores, edulcoradas para no inquietar al público infantil, se olvida que su fundamento aleccionador consiste en provocar desasosiego para incentivar la imaginación. Bourboulon, que en la entrega dedicada a “D’Artagnan” evitó el naufragio, en “Milady” se abrocha al delirio, al atropello. El peor escollo que desgasta a un filme de aventuras es aquel que le impide avanzar con alto ritmo, buen suspense y férrea intensidad. Si hoy Alejandro Dumas pudiera ver en qué se han convertido sus mosqueteros a la luz de un argumento que insensatamente desafía el sentido común, se sentiría no menos engañado que el rey de los mosqueteros, Luis XIII.

El hecho de interrumpir el relato en dos partes, obliga a que el comienzo de “Milady” resuma lo que se vio en la primera parte. A partir de ese arranque televisivo, Bourboulon, realizador de famélico historial, se ofusca con la acción, tropieza con sus enredos y malogra el carisma de un reparto de solventes actores. Ellos son mejores de lo que (de)muestran, porque se les nota que no disfrutan, que les aprieta este disfraz y que ni se divierten ni parecen divertidos.

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