Filmado como si fuera una escena de fantasmas, “Todos somos Jane” se abre en medio de una gala social en Chicago. Arranca con un fundido en negro y con la voz en off de algunas proclamas. No cuesta trabajo percibir que se trata de una fiesta convencional de discursos protocolarios y espejo de vanidades.
Javier Elorrieta (Madrid, 1950) se sale del catálogo del cine español. Verso libre en un panorama abonado por las familias y los amigos, Elorrieta resulta inclasificable e inencasillable. No porque desprenda ansias de autoría sino por todo lo contrario, ansía gustar, gustar a cualquier precio, a toda costa.
Como en “Piratas del Caribe”, “Mansión encantada” ha sido producida para poner en valor una de las citas de Disneyland, uno de los platos fuertes de esa feria de todas las ferias, las megabarracas que cualquier franquicia de “Disneylandia” es.