Se bucee en las raíces latinas o en las griegas, el significado de “amistad” posee algo que abruma. En latín, sus raíces nos llevan a “amar”, la esencia de la humanidad. En la lengua de Homero, su sentido resulta más enigmático todavía. La palabra “amigo” podría traducirse como “sin mi yo”.

Aunque solo sea por los buenos tiempos que Neil Jordan nos ha regalado, podemos incluir en ellos desde “Mona Lisa” a “Entrevista con el vampiro”, de “Michael Collins” a “Juego de lágrimas”, sería una imperdonable descortesía no prestar atención a sus nuevos trabajos. Cierto es que Jordan, que acaba de cumplir los 73, hizo lo mejor de su cine en el siglo XX, cuando su Irlanda natal se desangraba en una lucha fratricida.

Joanna Hogg, directora y guionista de “La hija eterna” no es ninguna recién llegada al mundo del cine, por más que el mundo parezca que acaba de llegar a su cine. Nacida en Londres en 1960, antes de que los Beatles lo cambiaran todo, no hay nota informativa sobre ella que no recuerde que Derek Jarman fue su mentor.