3.0 out of 5.0 stars

Título Original: KNOCK AT THE CABIN  Dirección: M. Night Shyamalan Guión: M. Night Shyamalan, Steve Desmond y Michael Sherman. Novela: Paul Tremblay Intérpretes: Dave Bautista, Jonathan Groff, Rupert Grint, Ben Aldridge, Nikki Amuka-Bird y Abby Quinn País: EE.UU. 2022  Duración:  100 minutos

Fin de la historia

Fiel a sí mismo, M. Night Shyamalan no ha modificado ni una coma del libro de estilo que dio a conocer con “El sexto sentido”. “Llaman a la puerta”, su reescritura de la novela de Paul Tremblay, un escritor de terror de creciente predicamento en la actualidad, le sirve a Shyamalan para ratificarse en esas constantes que hacen de su universo una revisión inquietante, aunque menos perversa, del cine de Alfred Hitchcock. Como el creador de “Vértigo”, Shyamalan se cuela en sus películas. Y como él, la buena respuesta que (casi) siempre le brinda el público, resulta inversamente proporcional a los reconocimientos de la industria.

Han pasado 30 años de su primer filme y más de quince largometrajes dan noticia de un universo sólido, paranoide y tenso, misántropo y claustrofóbico con dos tropiezos inconcebibles:  “After Earth” y “The Last Airbender”. Ahora, en “Llaman a la puerta”, el cineasta agita la percepción del público de los años de la postpandemia. En cinco minutos, reparte con brillantez todas las cartas de esta partida apocalíptica. Una familia constituida por dos padres y su hija de adopción, de origen oriental, pasa unos días en el bosque, ese espacio de magia y terror al que Shyamalan acude con frecuencia, cuando aparecen cuatro sujetos con armas estrafalarias propias de Mad Max. Llegan tras una visión, se han unido para evitar el fin de la historia y reclaman un sacrificio, una vida humana a cambio de la salvación del mundo.

El misterio avanza y las dudas crecen, tanto en los dos hombres adultos conminados a elegir, como en el espectador que les observa. En el espacio cerrado de una cabaña, sin posibilidad de echar mano de los móviles, pero recibiendo noticias del mundo a través de la televisión, lo que parecía un filme de psicópatas a lo “Matanza de Texas”, desgrana una reflexión sobre el desmoronamiento de la humanidad, el fanatismo y la locura. ¿O no?

Sin estar entre lo mejor de Shyamalan, su adaptación se beneficia de su pericia para convocar atmósferas desasosegantes. El constructo le funciona con la evidencia de que la verdadera naturaleza de sus temores, ese pesimismo vital, enlaza más con Lovecraft y sus miedos cósmicos que con Stephen King. Quien por cierto, alabó mucho al autor de la novela.

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