Con “Almas en pena de Inisherin”, el dramaturgo, guionista y director Martin McDonagh filma su cuarto largometraje con la certeza de que los cuatro merecen la pena. Si ya conocen “Escondidos en Brujas” (2008), “Siete psicópatas” (2012) y “Tres anuncios en las afueras” (2017), ya lo saben; si todavía no las han visto, subsanen cuanto antes esa carencia. No se arrepentirán.
Fiel a sí mismo, M. Night Shyamalan no ha modificado ni una coma del libro de estilo que dio a conocer con “El sexto sentido”. “Llaman a la puerta”, su reescritura de la novela de Paul Tremblay, un escritor de terror de creciente predicamento en la actualidad, le sirve a Shyamalan para ratificarse en esas constantes que hacen de su universo una revisión inquietante, aunque menos perversa, del cine de Alfred Hitchcock.
Pocas señales nos llegan del cine paquistaní. Sí que la visión de “Joyland” nos alerta de que si el debutante Saim Sadiq representa la calidad media de su producción cinematográfica, se impone la necesidad de recuperar ese legado.