Durante largos y sangrientos meses, Carlos Robledo Puch, un joven argentino de 20 años de edad, de rostro infantil y de comportamiento criminal, protagonizó una serie de asesinatos y robos. Los hizo como en un perverso juego, con frivolidad, sin pasión, sin el más mínimo sentimiento de culpa.
Esta película gira en torno a Francisco Boix, un pícaro en el campo de Mauthausen. Soldado republicano, superviviente de la retirada, cambió la lucha contra Franco tras la derrota para volver a ser derrotado por Hitler.
En un momento del filme, en una secuencia meramente episódica, Spike Lee parece hacer un guiño al Jim Jarmusch de los años 80. Se trata de una broma fonética a la que tan aficionado ha sido siempre el autor de “Mistery Train”.