En el principio era Bertolt Brecht. O mejor aún, su voluntad de devolver al público la consciencia perdida. Con él, Haneke llegó al cine para demostrar una maestría excepcional. Podría haber escogido otro lenguaje, otro medio, y también hubiera sido brillante. Su peso intelectual se sabe de categoría suprema.
Lo primero que queda claro tras la proyección de “El mejor verano de mi vida” es que, sin Leo Harlem esta película no funcionaría. El principal protagonista de esta película es a Leo Harlem lo que Torrente a Santiago Segura.
Con Keanu Reeves empieza “Siberia”; con Keanu Reeves termina. Del primero al último plano todo debe reverencia al protagonista de “Matrix”. Aquel Neo encarna aquí a un norteamericano traficante de diamantes en la Rusia actual.