Su paseo triunfal por festivales como Cannes, San Sebastián, Toronto, Sevilla,… hacen de Toni Erdmann una de las revelaciones del año. Es de temer que le acompañan demasiados aplausos, lo que puede distorsionar la verdadera naturaleza de un filme incómodo y cortante.
No es cine fácil y exige del público un esfuerzo añadido.
