Ubicado en el vértice temporal entre la primera y la segunda entrega de la trilogía Star Wars, la que va de su reiteración edulcorada al modelo primigenio, Rogue One se presenta como el primer spin-off de la mitificada epopeya de Georges Lucas inspirada por el Akira Kurosawa de la épica samurai. Su producción se ha realizado casi en el mismo tiempo en el que se trabaja el segundo capítulo de la nueva trilogía.
Infiltrado no es un filme pequeño. Ni esconde que pretende medirse con los grandes del thriller. Brad Furman, su director, tuvo un notable comienzo pero, poco a poco, ha ido desfalleciendo. Quizá por eso, al encontrarse con el material de la novela de Robert Mazur, el personaje protagonista de este relato, Furman elevó su apuesta convencido de que tenía ante sí la gran oportunidad de significarse como uno de los grandes del cine actual.
David Frankel, un neoyorquino de 57 años ha realizado una carrera más comercial que deslumbrante. El diablo viste de Prada (2008) fue su más conocido éxito. En Belleza oculta le acompañan dos referentes notables para dar sentido a un casting de lujo. A su izquierda hallamos el Dickens de Un cuento de navidad.