Cantet, director y guionista de Foxfire, se mueve en esa línea de penumbra que nos recuerda que el error y la lucidez, o el deber y el poder, poco o nada tienen que ver con esos apriorísticos morales que dividen el mundo entre el bien y el mal. Así lo hizo hace 15 años cuando estrenó su magnífica ópera prima: Recursos humanos.
Creada para publicitar Edimburgo y dirigida para exaltar el sentimiento patriótico escocés, este musical de poco brillo, mucho dulce y escaso interés solo tiene una utilidad. Hacer parecer mejores lo que apenas eran mediocres destellos del agónico género musical.
Comparada con Un franco catorce pesetas, ciertamente la similitud temática entre ambas películas resulta indiscutible. En el filme de Carlos Iglesias, se mostraban las vicisitudes de una generación de españoles que tuvo que emigrar a Suiza en los años sesenta; en el filme de Ruben Alves se ahonda en la encrucijada de una familia portuguesa que, tras treinta años de trabajo en París, se cuestiona regresar a su país de origen.