Adaptación a la “española” de la serie mexicana del mismo título, “El juego de las llaves” abunda en los tópicos de la lucha de sexos, la crisis de los 40, el intercambio de parejas y demás lugares comunes y banales con los que, con mayor o menor acierto, se forjaron los renglones torcidos de la “españolada” de los años 70 y 80.
Desde sus comienzos en “Hermanos de leche”, han pasado 28 años. Desde entonces la trayectoria de Daniel Guzmán ha conocido multitud de proyectos. De todos los colores, en casi todos los medios: cine, televisión, teatro… En ellos Guzmán ha aparecido como actor fundamentalmente pero, en los últimos tiempos, también como guionista y director.
Por más que el título sugiera que aquí nos aguarda “La peor persona del mundo”, en realidad no es así aunque, ciertamente, vivir al lado de su protagonista parezca altamente inestable y emocionalmente un billete para la ruina y la desolación.
Construida desde la engañosa apariencia de un producto nacido para triunfar, el más grave problema que acecha a «Competición oficial» es hacernos creer que el filme solo es un pretexto para el lucimiento de sus actores a costa de aprovechar su tirón de taquilla.
Sin salir casi de casa, como si se hubiera filmado en tiempos de confinamiento, la mayor parte de cuanto acontece en “El brindis” transcurre en la sala de un comedor familiar. Cinco personajes presentes y una ausencia que se presiente, sirven de válvula de escape al conductor de un relato costumbrista heredero de esa fiebre contagiosa y manoseada hasta la desesperación a la que llamamos monólogos.
En el tiempo en el que en París comenzaban a afilarse las guillotinas, 1789, tiempo de transformación y crisis, se ambienta este relato sobre un chef revolucionario introductor del concepto de los restaurantes burgueses.
Adam McKay nació en Filadelfia hace 53 años. En la misma ciudad que tanto perturbó a David Lynch mientras soñaba con “Cabeza borradora” y en la que también nació M. Night Shyamalan. Tal vez no sea fortuito que allí cayese la semilla germinal del país llamado EE.UU.
Remake de un filme francés inédito entre nosotros, “Mamá o papá” se sabe producto de amplios públicos y olvidos rápidos. La batuta la esgrime Dani de la Orden, un realizador especializado en seguir la rancia herencia del cine costumbrista español de regüeldo insulso y risa floja.
El cine nació mirando a una fábrica. Los primeros personajes que captó la primera cámara eran trabajadores camino de casa tras concluir su jornada laboral. Aquel filme titulado “La Sortie de l’usine Lumière à Lyon”, dura(ba) 46 segundos, no tenía sonido y se filmó el 19 de marzo de 1895.
Imposible encarar la percepción de esta “crónica” sin mojarse del todo. No se merece el insulto de dedicarle ejercicios de equilibrio, al estilo de “sí pero no”. “La crónica francesa” de Wes Anderson se presenta como una obra total, una especie de culminación de quien todo lo existente le resulta convencional e incómodo.