Se bucee en las raíces latinas o en las griegas, el significado de “amistad” posee algo que abruma. En latín, sus raíces nos llevan a “amar”, la esencia de la humanidad. En la lengua de Homero, su sentido resulta más enigmático todavía. La palabra “amigo” podría traducirse como “sin mi yo”.
Ganadora absoluta en la última edición del SSIFF, el jurado del certamen donostiarra vio y valoró obviamente las buenas intenciones de Laura Mora Ortega sin saber o querer reparar en que estos reyes van desnudos.
Con “Almas en pena de Inisherin”, el dramaturgo, guionista y director Martin McDonagh filma su cuarto largometraje con la certeza de que los cuatro merecen la pena. Si ya conocen “Escondidos en Brujas” (2008), “Siete psicópatas” (2012) y “Tres anuncios en las afueras” (2017), ya lo saben; si todavía no las han visto, subsanen cuanto antes esa carencia. No se arrepentirán.
Cuando empezó a gestarse “Tori y Lokita” habían pasado 25 años del estreno de “La promesa”. Entre ambos se extiende, metafóricamente, un puente de extraordinarios textos y fiel a un ideario de prístina coherencia; aquella que aboga por el respeto de los derechos humanos.
El cartel que sirve de reclamo a la película de las hermanas Rodríguez Colás, lo muestra sin subrayarlo. Vemos a cuatro jóvenes mujeres encarnadas por Vicky Luengo, Carolina Yuste, Elisabet Casanovas y Ángela Cervantes formando un grupo homogéneo.