Argumentalmente David Valero, un entusiasta creador de imágenes con impulso moral, hace un cóctel de fórmula sencilla, sabor predecible y efectos probados. Sus ingredientes han sido testeados con éxito. Entre ellos, se adivinan los más obvios.
En el origen de esta historia, como en bastantes películas, hay que hablar de una noticia periodística de esas que se encajan de relleno en la zona pobre del diario. Las de titular pequeño que se esconden en su parte baja.
Atadas por un vínculo cuyas raíces nutrieron su infancia, Sara (Laia Manzanares) y su hermana mayor, Elena, (Ángela Cervantes) poseen un lazo de sangre anclado sobre un pasado común que ha derivado en identidades muy distintas.