1.0 out of 5.0 stars

Título Original: BOB MARLEY: ONE LOVE Dirección: Reinaldo Marcus Green Guión: Terence Winter, Reinaldo Marcus Green, Frank E. Flowers y Zach Baylin Intérpretes: Kingsley Ben-Adir, Lashana Lynch y James Norton País: EE.UU. 2024 Duración: 104 minutos

One shit

Al parecer miembros de la familia Marley han alimentado este monstruo que devora la figura del autor de «Exodus». Es sabido que de las buenas intenciones y de las pequeñas ambiciones dios nunca nos libra. De modo que «Bob Marley: One love», un errático biopic dirigido con poca cabeza y corazón en ruinas por Reinaldo Marcus Green, deviene en un extraño homenaje del que Marley hubiera salido por patas. Escoger a Kingsley Ben-Adir, un actor Netflix, para representar a Bob Marley, un mestizo hijo de un militar británico, o sea un pirata colonial, y una víctima jamaiquina, más que una declaración de intenciones supone una confesión de traiciones.

Antes de encarnar al detective Karim Washington en la segunda temporada de «The OA», Ben-Adir sabía bien lo que significaba subirse a un escenario. Lo que no circula por sus venas es el espíritu rastafari. Y lo que no alcanzará a saber nunca es lo que el reggae supuso en los años 70. Esa es la franja temporal que Marcus Green recrea. La que convirtió a Marley en un icono mundial y en el mejor embajador pacifista de una Jamaica natal donde los blancos ejercían el poder mientras los negros se desangraban en una lucha fratricida alimentada por los oscuros intereses de la geopolítica.

Con un guion acreditado a cuatro bandas, muchas manos para poca esencia, «Bob Marley: One love» no acierta en casi nada. Lo único salvable es su banda sonora, esa que reproduce algunos de sus temas más icónicos utilizados para ilustrar una biografía que se pretende ejemplar y que se arrastra en una confusa puesta en escena.

Cuando en su desenlace se muestran imágenes del personaje biografiado, el auténtico Bob Marley, esas apariciones fugaces sirven para certificar la errática escritura del filme. Qué lejos queda este «One love» de la verdad de lo que recrea. Como lejos quedan los pírricos esfuerzos de Ben-Adir por acercarse al núcleo esencial de Marley, a la crueldad que le rodeó y a la vitalidad que animó su talento tan influyente para la generación punk y postpunk. En su lugar, anécdotas como su afición por el fútbol y sucesos como el atentado que pudo haber acabado con su vida transmiten la sensación de que detrás de tanto cartón-piedra, solo existe y solo queda el inmenso valor de su música.

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